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Futuro de la educación en línea: retos para el 2021

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de 1,200 millones de estudiantes de todos los grados escolares han dejado de tener clases presenciales a nivel mundial[1], provocando que instituciones públicas y privadas tuvieran que adaptar sus planes de estudio para ser impartidos vía remota.

Previo a la pandemia por COVID-19 se estimaba que el mercado de la educación en línea alcanzaría los 350 mil millones de dólares para 2025. Esta proyección fue rebasada por nuestras circunstancias actuales[2], comprobando que esta modalidad ha llegado para quedarse.

“Las últimas cifras oficiales indican que el 95% de los usuarios de internet en nuestro país utiliza su celular y el 84% se conecta con el propósito de apoyar su educación[3]“, comenta Irma Wilde. “El modelo de educación en línea impulsado a raíz de la pandemia acrecentará estos porcentajes y será importante que la industria de las telecomunicaciones esté preparada para atender las necesidades tanto de alumnos como de profesores”.

El papel fundamental de la conectividad en esta ecuación ya ha sido comprobado por las plataformas de videoconferencia (dentro de las cuales destacan Zoom, Skype y Webex, mismas que están contribuyendo significativamente a empoderar esta nueva dinámica.

Lo anterior pone en evidencia la necesidad de establecer políticas que destaquen la importancia del acceso a la educación en todos los niveles, ayuden a reducir la brecha digital preexistente y favorezcan el crecimiento socioeconómico en nuestro país.

“Esta tendencia revela que las escuelas del futuro tendrán que ser escuelas 100% conectadas si queremos llevar la educación a todos los rincones del país, aún en circunstancias tan adversas como las que vivimos hoy”, asegura Irma Wilde. “La denominada educación 4.0 nos indica que la mejor manera de revolucionar la educación es integrando la tecnología –y su uso responsable– para crear una nueva metodología en el aula”.

Debido a la creciente necesidad de sentar bases sólidas para la educación del futuro, identificamos algunos de los principales retos a los que se enfrentará la educación en línea el próximo año:

  1. Brecha digital

6 de cada 100 alumnos de todos los niveles escolares no recibieron clases en línea durante la pandemia[4], comprobando que las desigualdades preexistentes se han acrecentado en consecuencia y se necesita trabajar en favor de la inclusión digital con infraestructura suficiente y una red confiable a disposición de todos los usuarios.

  1. Experiencia educativa personalizada

A sabiendas de que cada alumno aprende de manera diferente y a su propio paso, será crucial que los profesores apuesten por contenidos que integren elementos de interés para cada uno de ellos. Hoy más que nunca, los alumnos requieren de atención personalizada para mantenerse al día con los aprendizajes que deberán adquirir el resto del año escolar.

  1. Capacitación tecnológica

Las escuelas del futuro demandarán competencias digitales y su constante desarrollo. Alumnos y profesores necesitarán jugar un papel mucho más proactivo en su formación, ya que cada vez necesitarán más aplicaciones, programas, equipo y herramientas para desempeñar sus tareas diarias de manera satisfactoria.

  1. Salud mental

El cuidado emocional será más importante que nunca, por lo que las escuelas necesitarán brindar asistencia y apoyo para que alumnos y profesores gocen de una buena salud mental en un momento en el que ambos han tenido que lidiar con altos niveles de estrés, enojo y tristeza debido a la pandemia.

  1. Efectividad

Si la metodología actual hace que los alumnos requieran de constante asistencia adicional para comprender un tema o resolver un problema, es posible que los profesores necesiten de alternativas creativas para transmitir sus conocimientos. Esta es una oportunidad única para planificar, adaptar materiales y ajustar los formatos utilizados para su impartición.

La educación representa la piedra angular del desarrollo sostenible. Asegurar el acceso igualitario a una formación de calidad resulta un factor esencial tanto para las personas como para la sociedad en general, ya que combate las desigualdades y determina el potencial de desarrollo de una nación.


[1] UNESCO

[2] Research and Markets

[3] INEGI

[4] Comscore